La Federación Autónoma de Asociaciones de
Estudiantes de Castilla y León (FADAE - Castilla y León), Organización
estudiantil de Castilla y León, conmemora el día de la mujer trabajadora,
que se celebra el 8 de marzo.
A lo largo de la historia de
la humanidad, siempre han existido significativas diferencias entre mujeres y hombres, que se han visto reflejadas en
cuanto a la educación que recibían
unos y otros, ya que hasta hace muy pocos años, se ha considerado la educación
como un derecho sólo permitido para
los hombres, siendo uno de los mayores logros de la humanidad el poder
garantizar el acceso de las mujeres a la
educación.
Observamos cómo la vida de la
mujer ha dependido a lo largo de la historia del sexo masculino en todos los
ámbitos de la vida diaria, incluido el educativo. En ocasiones, unas mujeres
gozaban de más privilegios que otras pero todas dependían del sexo opuesto de uno u otro modo.
Debemos
ser conscientes de la importancia a lo largo de las diferentes
etapas de la historia que la lucha, por la igualdad de sexos en general y de la
educativa en particular. Estas batallas, han conseguido que la sociedad cambie a lo largo de la
historia hacia una sociedad más justa
y más igualitaria, cosa que se ve
reflejada en la inclusión de la mujer en la educación.
Esto no es sólo un logro de
las mujeres, sino de toda la sociedad, porque cuantas más oportunidades tenga
la sociedad, más avanzada será dicha sociedad.
Sin embargo, aún queda mucho
camino por andar, ya que a pesar de que este es un gran paso en la carrera por
la igualdad de la mujer, la situación sigue siendo desigual, ya que hoy en día
aún hay algunos tópicos machistas que observamos en la diferencia de sueldos, en la falta de mujeres en las altas esferas
de la sociedad, y estas diferencias se están viendo agravadas últimamente en
nuestro país con algunas medidas de nuestro actual gobierno, como puede ser la
separación por sexos en los colegios.
La incorporación de la mujer a lo largo de los dos últimos siglos al sistema escolar contemporáneo ha sido un
proceso largo, lento y difícil, habiendo sido construido sobre un sistema
escolar pensado “casi” exclusivamente para el varón. Siendo, como han
considerado algunos autores, la más importante revolución social, silenciosa y
pacífica, de los últimos tiempos. Para
la mujer española de hace un siglo, y de la actual mujer en los países del
tercer mundo, esto es el primer paso necesario para adquirir cierta dignidad, y para que la propia sociedad
en conjunto progrese al obtener personas más críticas, con mayor autonomía y
libertad, el progreso laboral que el conocimiento adquirido supone, y el paso
hacia la emancipación femenina.
Lo que ahora vemos normal,
estando las mujeres siempre presentes en los recintos escolares, en el inicio
fue visto como una invasión de la
mujer a lo que era sólo una actividad reservada para el varón, originando
tensiones y rechazos manifiestos dentro y fuera del lugar en cuestión.
En España la lucha para
conseguir la incorporación escolar contempla tres etapas: una primera, se
inicia con el liberalismo hasta la Ley Moyano de 1857, cuando se concibió un
modelo educativo público para el hombre (escuela pública, instituto,
universidad) y uno privado, doméstico, para la mujer, siendo el hogar el
espacio idóneo para la niña, destinada a ser una buena madre, hija y esposa,
llevado a cabo por la misma familia y sobre todo la Iglesia. En una segunda,
mitad del s. XIX y principios del XX, cuando la mujer consigue la construcción
de un sistema educativo estructurado sólo para ella, paralelo al masculino,
acorde con su condición femenina y separados física y socialmente, siendo sólo
la instrucción primaria.
Finalmente, en una tercera
etapa se camina hacia un sistema escolar único cada vez menos sexista. Proceso
muy reciente que ha llevado a conseguir índices muy elevados de feminización de
las enseñanzas de nivel medio y superior, aunque todavía persista un cierto
sexismo en los estereotipos de género que se transmiten en la escuela de base,
como en el todavía minoritario acceso de la mujer a las opciones más selectivas
del sistema escolar.
Además, si difícil resultó ser
admitidas en los centros educativos, otro proceso largo fue el de conseguir
obtener el título universitario. Admitidas algunas alumnas en determinadas
facultades, decididas a presentarse al
examen de Grado con el fin de obtener el verdadero reconocimiento académico,
surge el problema con aquellos que lo percibieron como un mero deseo de adorno
personal.
El reconocimiento legal a cursar
los estudios como alumnas oficiales y no oficiales sin limitación alguna y en
iguales condiciones que los hombres se obtiene por Real Orden de 1910.
Veamos algunas mujeres destacadas:
Malala es el
nombre de la joven activista paquistaní que con tan solo 17 años se ha
convertido en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. La historia de esta joven, tiroteada por
los talibanes por defender el derecho a la educación femenina en su país, la ha
hecho merecedora de numerosos galardones desde que, con tan solo 11 años se
convirtiera en una defensora de los derechos de las mujeres.
Frances
Weight fue una librepensadora que luchó por la abolición de la esclavitud, por una
educación universal e igualitaria y a favor de los derechos de las mujeres.
Victoria
Sau
publicó en su libro “Manifiesto” que quería la liberación de la mujer, sobre todo en la educación ya que es un
gran problema porque es la base de muchas otras cosas que darían paso a la
liberación total.
Elsa
Laula Remberg (1877-1931) fue una activista noruega defensora de los derechos de las mujeres
de los sami, pueblos indígenas que viven en el Ártico, en la zona de Laponia.
Esta mujer estuvo investigando porque no dejaban ir a las escuelas a las
mujeres y hacer otras muchas cosas.
Kailash
Satyarthi es un ingeniero de 60 años que ayuda a las mujeres que viven como esclavas en las fábricas indias
donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso
de carácter sexual. Su lucha ayudó a liberar a 80.000 chicas de la explotación
y a introducirlas en diferentes escuelas.
En este último caso vemos cómo
no son solo las ellas quienes luchan por una igualdad entre sexos. Muchos
hombres también se han esforzado y lo siguen haciendo por lograr una mejor
calidad de vida para las mujeres.
Desde
FADAE Castilla y León queremos agradecer
su esfuerzo a todas aquellas personas que luchan por la igualdad día a día y animar a aquellos que aún no saben cómo
ayudar a aportar su granito de arena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario