domingo, 8 de marzo de 2015

8 de marzo, día internacional de la mujer.

La Federación Autónoma de Asociaciones de Estudiantes de Castilla y León (FADAE - Castilla y León), Organización estudiantil de Castilla y León, conmemora el día de la mujer trabajadora, que se celebra el 8 de marzo.

A lo largo de la historia de la humanidad, siempre han existido significativas diferencias entre mujeres y hombres, que se han visto reflejadas en cuanto a la educación que recibían unos y otros, ya que hasta hace muy pocos años, se ha considerado la educación como un derecho sólo permitido para los hombres, siendo uno de los mayores logros de la humanidad el poder garantizar el acceso de las mujeres a la educación.
Observamos cómo la vida de la mujer ha dependido a lo largo de la historia del sexo masculino en todos los ámbitos de la vida diaria, incluido el educativo. En ocasiones, unas mujeres gozaban de más privilegios que otras pero todas dependían del sexo opuesto de uno u otro modo.
Debemos ser conscientes de la importancia a lo largo de las diferentes etapas de la historia que la lucha, por la igualdad de sexos en general y de la educativa en particular. Estas batallas, han conseguido que la sociedad cambie a lo largo de la historia hacia una sociedad más justa y más igualitaria, cosa que se ve reflejada en la inclusión de la mujer en la educación.
Esto no es sólo un logro de las mujeres, sino de toda la sociedad, porque cuantas más oportunidades tenga la sociedad, más avanzada será dicha sociedad.
Sin embargo, aún queda mucho camino por andar, ya que a pesar de que este es un gran paso en la carrera por la igualdad de la mujer, la situación sigue siendo desigual, ya que hoy en día aún hay algunos tópicos machistas que observamos en la diferencia de sueldos, en la falta de mujeres en las altas esferas de la sociedad, y estas diferencias se están viendo agravadas últimamente en nuestro país con algunas medidas de nuestro actual gobierno, como puede ser la separación por  sexos en los colegios.

La incorporación de la mujer a lo largo de los dos últimos siglos al sistema escolar contemporáneo ha sido un proceso largo, lento y difícil, habiendo sido construido sobre un sistema escolar pensado “casi” exclusivamente para el varón. Siendo, como han considerado algunos autores, la más importante revolución social, silenciosa y pacífica,  de los últimos tiempos. Para la mujer española de hace un siglo, y de la actual mujer en los países del tercer mundo, esto es el primer paso necesario para adquirir cierta dignidad, y para que la propia sociedad en conjunto progrese al obtener personas más críticas, con mayor autonomía y libertad, el progreso laboral que el conocimiento adquirido supone, y el paso hacia la emancipación femenina.
Lo que ahora vemos normal, estando las mujeres siempre presentes en los recintos escolares, en el inicio fue visto como una invasión de la mujer a lo que era sólo una actividad reservada para el varón, originando tensiones y rechazos manifiestos dentro y fuera del lugar en cuestión.
En España la lucha para conseguir la incorporación escolar contempla tres etapas: una primera, se inicia con el liberalismo hasta la Ley Moyano de 1857, cuando se concibió un modelo educativo público para el hombre (escuela pública, instituto, universidad) y uno privado, doméstico, para la mujer, siendo el hogar el espacio idóneo para la niña, destinada a ser una buena madre, hija y esposa, llevado a cabo por la misma familia y sobre todo la Iglesia. En una segunda, mitad del s. XIX y principios del XX, cuando la mujer consigue la construcción de un sistema educativo estructurado sólo para ella, paralelo al masculino, acorde con su condición femenina y separados física y socialmente, siendo sólo la instrucción primaria.
Finalmente, en una tercera etapa se camina hacia un sistema escolar único cada vez menos sexista. Proceso muy reciente que ha llevado a conseguir índices muy elevados de feminización de las enseñanzas de nivel medio y superior, aunque todavía persista un cierto sexismo en los estereotipos de género que se transmiten en la escuela de base, como en el todavía minoritario acceso de la mujer a las opciones más selectivas del sistema escolar.
Además, si difícil resultó ser admitidas en los centros educativos, otro proceso largo fue el de conseguir obtener el título universitario. Admitidas algunas alumnas en determinadas facultades, decididas a  presentarse al examen de Grado con el fin de obtener el verdadero reconocimiento académico, surge el problema con aquellos que lo percibieron como un mero deseo de adorno personal.
El reconocimiento legal a cursar los estudios como alumnas oficiales y no oficiales sin limitación alguna y en iguales condiciones que los hombres se obtiene por Real Orden de 1910.
Veamos algunas mujeres destacadas:
Malala es el nombre de la joven activista paquistaní que con tan solo 17 años se ha convertido en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. La historia de esta joven, tiroteada por los talibanes por defender el derecho a la educación femenina en su país, la ha hecho merecedora de numerosos galardones desde que, con tan solo 11 años se convirtiera en una defensora de los derechos de las mujeres.
Frances Weight fue una librepensadora que luchó por la abolición de la esclavitud, por una educación universal e igualitaria y a favor de los derechos de las mujeres.
Victoria Sau publicó en su libro “Manifiesto” que quería la liberación de la mujer, sobre todo en la educación ya que es un gran problema porque es la base de muchas otras cosas que darían paso a la liberación total.
Elsa Laula Remberg (1877-1931) fue una activista noruega defensora de los derechos de las mujeres de los sami, pueblos indígenas que viven en el Ártico, en la zona de Laponia. Esta mujer estuvo investigando porque no dejaban ir a las escuelas a las mujeres y hacer otras muchas cosas.
Kailash Satyarthi es un ingeniero de 60 años que ayuda a las mujeres que viven como esclavas en las fábricas indias donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso de carácter sexual. Su lucha ayudó a liberar a 80.000 chicas de la explotación y a introducirlas en diferentes escuelas.
En este último caso vemos cómo no son solo las ellas quienes luchan por una igualdad entre sexos. Muchos hombres también se han esforzado y lo siguen haciendo por lograr una mejor calidad de vida para las mujeres.
Desde FADAE Castilla y León queremos agradecer su esfuerzo a todas aquellas personas que luchan por la igualdad día a día y animar a aquellos que aún no saben cómo ayudar a aportar su granito de arena.
           







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